La mochila del cuidador
¿Quién no ha cuidado a alguien, de una manera o de otra?
Desde AFA – Guardo tenemos el compromiso de aumentar el bienestar del cuidador familiar, facilitar la adaptación continua al afrontamiento de la enfermedad en sus diferentes etapas, y apoyar la relación con su entorno, paliando el aislamiento.
«Asociación de familiares de enfermos de Alzheimer»
Rol del cuidador
Muchas veces el rol del cuidador se ve como algo externo y lejano a nosotros, que sólo sucede a algunas personas que tienen familiares con necesidades especiales desde el nacimiento o que por algún accidente desafortunado ha cambiado sus vidas.
Sin embargo… “¿Quién no ha cuidado a alguien, de una manera o de otra?”.
En mayor o menor medida, todos hemos ejercido el papel de cuidador. En alguna ocasión, nuestro padre/madre, hermano/a, hijo/a o incluso algún amigo/a ha necesitado nuestro cuidado. En estos casos, el cuidado ha sido puntual, ya que la necesidad de la persona ha sido circunstancial.
Sin embargo… “¿Qué pasa cuando la necesidad del cuidado se alarga?”, “¿cuando la enfermedad de nuestro ser querido es crónica y progresiva?”.
Es entonces cuando el rol de persona cuidadora se asume de forma permanente, y la actividad de cuidar empieza a ocupar cada vez más tiempo en la rutina diaria, convirtiéndose en una especie de mochila que lleva persistentemente.
El peso de la mochila
Al principio, la mochila pesa poco, las personas cuidadoras se muestran con fuerza suficiente para hacerse cargo de su familiar, sin advertir la carrera de fondo que supone el cuidado continuo y que esa mochila que han empezado a cargar se va a ir llenando cada día. Cuando los esquemas de la rutina se rompen, todos los pequeños trozos se tienen que reconstruir para poder conformar una nueva realidad. Los cuadros de frustración, ansiedad y estrés aparecen asociados al cuidado de personas dependientes.
Así empieza el camino, la primera piedra es la de la no aceptación, la del rechazo, “no puede ser… ¿pero entonces?“. Sin manual bajo el brazo, los “Peros” y los “Noes” que continuamente se dicen para resistirse, comprometen una descripción subjetiva de todos estos bloqueos, cognitivos, emocionales y, sin lugar a dudas, paralizantes que a veces el propio cuidador se pone como resistencia a su autocuidado. Y que van cargando su mochila, ya de por sí pesada…
La mochila del cuidador se va cargando, empieza su pesadez. El cuidador es el último que se entera de la cantidad de piedras que tiene en su mochila.
Entones alguien trata de ayudar desde fuera, de acompañar un trecho del camino y te manifiesta “Oye, pero te has dado cuenta, te debes sentir agotado… tu mochila… está demasiado llena… no te hace daño?”. Y entonces te miras con prejuicio, mitad incrédulo, mitad esperanzado, y algo en tu interior te dice “vaya… alguien se ha dado cuenta… entonces no era algo mío… no es que yo sea muy débil”.
Este es el momento, sin precedentes y absolutamente único, en el que la persona cuidadora por fin mira a sus espaldas, coge su mochila, se para… y comienza poco a poco a sacar algunas de sus piedras más pesadas…
Ofrecer lo mejor de uno mismo
Uno no puede ofrecer lo mejor de sí mismo si no está al 110%, si nos abandonamos a nosotros mismos, sin reforzar nuestros espacios nos entregaremos frustrados, sin poder ofrecer aquello que más nos complace, un cuidado de calidad y ternura. “CUÍDATE, PARA CUIDAR MEJOR”.
Date permiso para aflojar la cuerda, abrir el candado del cuidado y dejarte ayudar en esta determinante y compleja tarea, podrás seguir a pie los diferentes “TRAMOS” de este camino que has decidido andar.

La mochila del cuidador
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AFA Guardo:
Asociación de familiares de enfermos de Alzheimer y otras demencias de Guardo y comarca

Personas cuidadoras
Los familiares solemos decir que “hace pocos meses que hemos notado algo” cuando en realidad hace años que está sucediendo algo.

Cuidar es fácil, lo difícil es renunciar
La entrega incondicional de la cuidadora/or a los seres queridos, sin esperar nada a cambio. Generosidad en estado puro...

Señales de alerta
Reconocer estas señales de alerta en la persona cuidadora es esencial para prevenir la sobrecarga y el agotamiento del cuidador.

10 propuestas al cuidador/a
Es importante que la persona cuidadora esté informada, que entienda y comprenda cuáles son las características del daño cerebral.
